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Toda marca conocida, tiene su seña de identidad, su logotipo que lo hace único, y que con un solo vistazo, consigue que ya tengas creada una imagen y una opinión sobre ello. Apple, Microsoft, Nike, Coca-Cola, Lacoste, Chanel, Marlboro, BMW, Mercedes Benz, Disney, McDonalds… ¿quién no reconoce o diferencia estos logotipos, y ya tiene creada una imagen sobre esa empresa? Tras el logo, está el mito, una imagen proyectada que tiene parte de real pero donde se esconden muchos secretos.
Si cualquiera de vosotros, preguntara a su círculo o entorno, cuáles son los logotipos más famosos, es muy posible que se citen la mayoría de los que yo he nombrado. Sería muy extraño que aparecieran corporaciones o agencias gubernamentales. Pero si mostráramos el símbolo de la NASA a cualquier persona, todos la identificarían sin dudarlo. Y si preguntáramos qué les evoca, qué es lo primero que piensan sobre la NASA, saldrían palabras como “secretos”, “misterio”, “conspiración”, “grandeza”…
Todas las marcas que nombramos, pertenecen al consumo, a empresas exclusivamente capitalistas, con el único afán de generar dinero, ganancias, de crear su imagen de marca para que tú, al adquirirlo, te creas identificado y posicionado en un status concreto. Pero la NASA no es un bien de consumo, no es una “empresa” que intente venderte algo material, que te recompense su adquisición, o te reconforte tenerlo, ni siquiera quiere tu dinero y para ello, tenga que emitir anuncios e inventir ingentes cantidades de dinero en publicidad para captar tu atención.
Y aún así, es uno de los logos más reconocibles, que levanta más expectación y admiración. Cuando compras una camisa, un perfume, un vehículo, un ordenador o una comida, su logotipo te acompaña por unos instantes, y te crea la ilusión de pertenecer a un reducido núcleo de privilegiados, pero es ilusorio. En cambio, cuando llevas el símbolo, la marca de la NASA en tu hombro o en tu pecho, es una sensación que va más allá de pertenencia o de status.
Cuando uno lleva el logotipo de la NASA, no es el logotipo quien hace a la persona, sino es la persona quien hace que el logotipo tenga sentido. Es una forma de vida, de pensamiento, de ver el mundo, de comunicarse, de comprender, de transmitir, de esperanza, de relacionarse, de trabajar en equipo, del éxito y fracaso, de volver a intentarlo, de permanecer, de perseverar, de universalidad, de convivencia…
Todo logo nace de una creación, de una intención, plasmar y proyectar en una sola imagen, toda la esencia de lo que hay detrás. Los colores, las formas, las letras, las curvas y rectas, figuras geométricas… todo es importante a la hora de crear un logo que reúna todas las virtudes y cualidades de una empresa o de un producto.
Si observamos el logo de la NASA detenidamente, lo que todos verían a simple vista, es una esfera azul que representa el planeta Tierra, donde su mayor parte es agua, unas estrellas que representan el Espacio, un vector rojo en forma de ala, que representa la aeronáutica, y por último, una nave espacial en órbita.
Pero lo más importante, no es aquello que se ve a primera vista, sino aquello que está a la vista pero a su vez, permanece oculto. A lo largo del blog, siempre he intentado transmitir al lector, que lo más importante no es aquello que vemos, sino aquello que está al alcance de nuestra vista pero no vemos, ya sea por ignorancia, desconocimiento o por falta de atención.
Para poder ver en toda su esencia, y comprender qué se esconde tras el logotipo de la NASA, hay que conocer algunos datos muy importantes. Y una vez ya se posea toda la información, jamás se verá el logotipo de la misma manera.
Existen tres edificaciones antiguas que, aunque distan en miles de kilómetros unas de otras, sus construcciones son exactamente iguales. Las antiguas civilizaciones, estaban convencidas que sus dioses, provenían de la Constelación de Orión. Las civilizaciones que mejor reflejaron ese convencimiento, fueron los egipcios, los chinos y los mesoamericanos.
Las pirámides de Egipto, representan el cinturón de Orión en la Tierra, exactamente en la misma posición y tamaño que éstas. Las estrellas del cinturón de Orión son Mintaka (Delta Orionis), Alnilam (Epsilon) y Alnitak (Zeta Orionis).
Pero si observamos las pirámides de Teotihuacan, la representación y posicionamiento también es sorprendente. Es la misma alineación que las pirámides de Egipto, y las dimensiones de las pirámides siguen una correlación en su tamaño con las estrellas que conforman el cinturón de Orión.
Y esta misma alineación perfecta ocurre con las pirámides de China. ¿Es esto una casualidad?
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- Las tres estrellas están alineadas en dirección sudoeste mientras cruzan el meridiano.
- Las tres pirámides están alineadas en dirección sudoeste orientadas al meridión.
- La estrella más alta, Delta Orionis, está ligeramente desviada hacia el Este de la diagonal que proyectan las otras dos estrellas.
- La pirámide del Sur, está ligeramente separada hacia el Este con respecto a la línea diagonal proyectado por las otras dos pirámides.
- La estrella del centro, Epsilon, se encuentra casi equidistante a las otras dos estrellas.
- La pirámide del medio, es casi equidistante a las otras dos pirámides.
Si miramos el logo, la línea roja es la línea que une la estrella Betelgeuse, con la estrellaRigel. Si miramos la fotografía de la izquierda, esa línea pasa entre dos de las estrellas del cinturón de Orión. Sin embargo, en el logo de la NASA, esta línea pasa por fuera del cinturón, justo por fuera de Delta Orionis. ¿Por qué motivo? Si en algo se caracteriza la NASA, es por no dejar nada al azar ni al error. Es más, uno de sus lemas es “Failure is not an option” (El fracaso/error no es una opción”.
La órbita de la nave, a su paso por el cinturón de Orión, cuando atraviesa la línea roja, marca un punto concreto en el Universo. Esa desviación que parece casual, insignificante o sin ninguna importancia, plasmada en el Cosmos, son millones de km de diferencia. Justo en esa zona del Espacio, es donde se cree que proceden esos dioses ancestrales.
Así que, la órbita que representa la nave terrestre, inicia su viaje a lo largo del Espacio, atravesando una zona muy específica de la Constelación de Orión, y regresa nuevamente a su lugar de origen. Así que la NASA, desde hace muchos años, es consciente de la posibilidad de que exista allí vida. ¿Por qué? Quienes hayan leído los episodios dedicados al tema OVNI, ya sabrán muchas respuestas a esta pregunta. El primer logotipo de la NASA se creó en 1.959.
Si observamos esta insignia, hay claras diferencias respecto al logotipo que conocemos actualmente. El cinturón de Orión no aparece, y la estela, el rastro que deja la nave, se circunscribe a simplemente nuestro planeta y nuestro satélite. Es una clara alusión a que en esa época, el objetivo primordial de la NASA era llegar a la luna. Lo único que permanece invariable, es el vector rojo.
Ahora bien, este vector rojo ¿representa realmente unas alas para proyectar la imagen de la aeronáutica? Este vector, no sólo aparece en la insignia de la NASA, sino en muchísimos logotipos. ¿Cómo es posible que este símbolo, lo hayan adoptado diferentes agencias del mundo, para plasmar la investigación aeroespacial?
Por ejemplo, este es el logotipo de la Agencia Aeroespacial Soviética (Роскосмос), donde se pueden ver las mismas similitudes del vector rojo y la órbita.
Uno de los últimos proyectos de la NASA, es el Proyecto Constelación, donde el módulo se llama Orión, y cuya finalidad última es la llegada a Marte con una tripulación.
Aquí aparece un vector rojo, atravesando tres cuerpos celestes alineados, posiblemente el cinturón de Orión, y rodeados de 10 estrellas. Resulta que la Constelación de Orión está compuesta de 10 estrellas principales: Rigel, Betelgeuse, Bellatrix, Alnilam (Epsilon), Alnitak (Zeta), Seiph, Mintaka (Delta Orionis), Hatysa, Meisse y Tabit.
Y la frase es: “El siguiente gran salto ha comenzado“. Obviamente, el siguiente gran paso será pisar otro planeta, o conseguir la forma de llegar a otros lugares del cosmos. ¿Será la Constelación de Orión el siguiente gran salto?
El 12 de septiembre de 2.006, durante la misión STS-115, la astronauta Heidemarie Stefanyshyn-Piper, sacó una foto a su compañero Joshep R. Tanner.
La misión comenzó el 9 de septiembre, y tres días después, había que instalar unos paneles solares a la ISS por los astronautas Candarm, Tanner y Heidemarie Stefanyshyn-Piper. Los tres comenzaron el paseo espacial para instalar el segmento a las 09:17. Durante el EVA (actividad extravehicular), fue cuando se tomó esa instantánea.
A simple vista, no hay nada extraño reseñable, pero si nos fijamos en la escafandra del astronauta, se puede ver reflejado un objeto que proviene del Espacio. En esa parte no debía haber nada, ni la ISS, ni la luna, ni la nave. Entonces ¿qué podría ser? Si ampliamos la imagen, el objeto que aparece no tiene nada que ver con algo que debiera estar ahí.. pero estaba.
Es un objeto desconocido con la forma del vector que aparece en la insignia de la NASA y de tantas agencias gubernamentales espaciales de medio mundo. La misión STS-115, es conocida por la cantidad de objetos que se vieron y se grabaron por las cámaras de la NASA.Pero realmente fue conocida por la posterior rueda de prensa pública que dio la astronauta que sacó esa foto, Heidemarie Stefanyshyn-Piper, y lo que en ella aconteció, al afirmar y confirmar, que allí arriba habían visto varios objetos voladores todos los días.
Cuando Heidemarie Stefanyshyn-Piper relataba lo que en esa misión había sucedido y habían visto, sufrió dos desvanecimientos al recordar lo que había presenciado, un síntoma de shock post-traumático. Los astronautas están fuertemente entrenados y preparados física y psicológicamente, pero lo ocurrido en esa misión, es algo para lo que tal vez no se esté preparado.