El robot de la NASA que recorre Marte detectó emanaciones regulares de Metano, un gas que en la Tierra es generado principalmente por los seres vivos o materia derivada de ellos. Los científicos de dicha agencia aún no saben cuál es la fuente de emisión en el caso de ese planeta.
La sonda pasó 20 meses recogiendo datos en el cráter de Gale. Allí, primero detectó un nivel de metano bajo: cerca de la mitad de lo que esperaban encontrar. Pero luego descubrieron los sobresaltos. Según Christ Webster, científico del Jet Propulsión Laboratory y uno de los autores del trabajo sobre este tema que la NASA publicará próximamente en la prestigiosa revista Science, este gas «registra picos en los que aumenta diez veces, en ocasiones incluso más, a lo largo de 60 días marcianos. Estos resultados sugieren que el metano se produce ocasionalmente o se escapa del suelo cerca del cráter de Gale”.
La mayoría del metano atmosférico en la Tierra proviene de la vida animal y vegetal, y del medio ambiente en sí. Las fuentes de emisión principales son los procesos de descomposición de la materia orgánica en las grandes extensiones de cultivos de arroz, el proceso digestivo de los animales rumiantes como las vacas, los incendios en bosques tropicales y sabanas, la actividad de microbios en cloacas, y fugas esporádicas de las acumulaciones de hidrocarburos, como petróleo, gas y carbón.
Si bien las elevaciones de ese gas en el planeta rojo también podrían tener una causa distinta, como fuentes geológicas, impactos de cometas o alguna causa desconocida, el hallazgo del Curiosity refuerza la inquietud sobre la posible existencia pasada o presente de vida microbiana en Marte.