La película recientemente estrenada, “Exodus: dioses y reyes”, dirigida por Ridley Scott, vuelve a poner en primer plano uno de los relatos fundamentales de la cultura occidental, el Éxodo del Antiguo Testamento. Las plagas que, según los textos bíblicos, fueron el modo en que Jehová hizo que Egipto dejara marchar al pueblo hebreo, hasta entonces sometido a la esclavitud, han sido motivo de estudio para la ciencia que, en la actualidad, intenta desentrañar la veracidad de los fenómenos narrados en la Biblia y encontrar sus causas.
-El agua se convierte en sangre: este fenómeno, considerado como el primer castigo divino sobre Egipto, podría deberse al polvo del Sáhara; la sustancia roja proveniente del desierto pudo ser transportada por el aire, unirse al agua que se hallaba en las nubes y caer finalmente en forma de lluvia. O bien vincularse con el hierro que se encuentra en el fondo del Nilo: al emerger esporádicamente, esta sustancia cobriza habría provocado que las aguas se tiñeran de rojo y habría generado la muerte de decenas de peces por falta de oxígeno.
-El volcán del desastre: alrededor del año 1550 a.C. tuvo lugar una terrible explosión volcánica que arrasó la cultura minoica y provocó grandes catástrofes en los territorios del mar Mediterráneo. La explosión generó una inmensa columna de humo y ceniza que afectó a regiones ubicadas a cientos de kilómetros, como el caso de Egipto.
-Ranas, piojos, moscas y la muerte del ganado: la intoxicación de las aguas derivó en las “plagas” siguientes: renacuajos y ranas a salieron del Nilo, dando lugar a la invasión de anfibios. La falta de higiene reinante en la población (que no podía bañarse en el río) provocó la aparición masiva de piojos; la invasión de moscas e insectos es lógica también en una región en la que han muerto muchísimos animales debido a la toxicidad de las aguas. La muerte del ganado de los egipcios, a su vez, se habría debido a las enfermedades portadas por estos insectos.
-Pústulas y úlceras en la piel: también se deberían a las nubes de polvo ocasionadas por la erupción del volcán Thera.
-Granizo, fuego y tinieblas: sobre la tierra de Egipto habrían caído cristales volcánicos producidos tras la erupción. Una nube de ceniza y deshechos provocada por el Thera pudo fácilmente provocar la oscuridad en la región (dando lugar, así, a la novena plaga, la de las tinieblas).
-La plaga de langostas: aunque este tipo de insectos suele actuar de forma individual, hay épocas en su vida en las que tienden a unirse en gigantescos grupos. Estos enjambres suelen viajar a lugares con muchas lluvias y fuertes vientos, lo cual explica que se haya dado luego de la tormenta de granizo.
-La muerte de los primogénitos: se cree que en aquellos años un peligroso hongo envenenó las cosechas de grano. Como los primogénitos tenían el privilegio de comer primero, es posible que se vieran intoxicados por en mayor medida, muriendo en masa.