La alegoría de Platón: Eres un prisionero de tus sentidos. ¿Cuál es la naturaleza de la realidad? Esa no es solo una pregunta que los estudiantes de primer año de la universidad se preguntan entre las primeras horas de la mañana: esta es la pregunta que se hacen las personas durante siglos.
Cuando el filósofo Platón escribió su obra más conocida «República», que contiene su infame alegoría de la cueva.
Sombras en una pared
Platón escribe en la Alegoría de Platón como una conversación entre su mentor, Sócrates, y uno de los estudiantes de Sócrates, Glaucón. En él, Sócrates describe a un grupo de prisioneros que han vivido encadenados a la pared de una cueva durante toda su vida, incapaces de mover la cabeza.
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Día tras día, ven sombras proyectadas en una pared en blanco de cosas que pasan frente a un fuego detrás de ellos. Esta es toda su realidad: dan nombres a las sombras y suponen que son reales, sin cuestionar que puedan provenir de otra fuente.
Pero imagina, dice Sócrates, que un prisionero es liberado de repente y se le permite volver la cabeza. Una vez que mirara el fuego, la luz podría herir sus ojos, y estaría desorientado por el hecho de que las sombras que él había creído que eran reales eran solo ilusiones arrojadas por el fuego. Si dejaba la cueva y caminaba hacia la luz del sol, las cosas se volverían aún más confusas.
El sol sería aún más brillante que el fuego, e incluso podría ver reflejos de sí mismo en un cuerpo de agua cercano. ¿Qué pensaría de sus compañeros en la cueva, pregunta Sócrates? Probablemente los compadecería por vivir en una pequeña porción de realidad. Si volvía a la cueva y les contaba sobre eso, probablemente pensarían que estaba loco.
Lo que significa todo
En la alegoría, el prisionero que deja la cueva es el filósofo, ya que los filósofos pueden percibir la realidad de una manera completamente diferente a la de la persona común. De otra manera, también describe nuestras limitaciones como seres humanos. Somos los prisioneros, y la cueva es la condición humana.
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Estamos en deuda con lo que nuestros sentidos pueden percibir, y nunca podemos ir más allá. La historia de Platón podría tener siglos de antigüedad, pero hoy es igual de conmovedora. Desde la neurociencia hasta la materia oscura, hay áreas de nuestra existencia que quizás nunca comprendamos por completo. Somos humanos, después de todo.
Fuente: Curiosity