La tecnología crece a pasos agigantados y mientras la impresión 3D todavía no ha terminado de explotar todas sus posibilidades y ya se está desarrollando la impresión 4D con estructuras que evolucionan y cambian por sí mismas, aparece otra creación que revolucionará todo lo que sabemos hasta ahora sobre construcción.
Los investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) han creado una silla que se construye sola con el poder de las corrientes de agua. El secreto está en la combinación imanes y un engranaje único en cada pieza.
El proceso de montaje es totalmente autónomo, y la forma final de la estructura depende de qué puntos de conexión (imanes en ese caso).
Skyler Tibbits, el director del Self-Aseembly Lab del MIT explicó a BBC MUNDO que este tipo materiales abre las posibilidades de construcción donde es peligroso o difícil, como el espacio y las zonas afectadas por una catástrofe.
«Estamos proponiendo productos con ponentes electrónicos que se pueden autoensamblar e incluso usar en infraestructuras más grandes como edificios y estaciones espaciales”, indicó.
Además de estas sillas acuáticas, el laboratorio de Tibbits ha diseñado globos que flotan de forma aleatoria hasta que los diferentes imanes coinciden en la posición adecuada y, de esta forma, se moldea la estructura deseada.
El siguiente paso es la creación de materiales programables que podrán adaptarse y transformarse a sí mismos dependiendo del media ambiente de los usuarios.